Salta en 5 paradas

Salta en 5 paradas

NUNCA SE NECESITA MAS DE UN RECOMENDADO QUE CUANDO VAMOS A HACER TURISMO. CON 60 VERANOS EN SU HABER Y LA EXPERIENCIA DE 90 AÑOS, SABÍAMOS QUE MARIETTA IBA A TENER BUENOS DATOS PARA DARNOS. PLATEROS, PONCHEROS Y LAS MEJORES EMPANADAS, EN SUS 5 PARADAS POR SALTA.
Horacio Bertero, platería

Oriundo de San Antonio de Areco pero radicado en Salta hace 30 años, Horacio Bertero es hoy por hoy el platero más reconocido de Salta. Además de sus piezas originales de estilo criollo, hace años que “Yayo” (como le dicen sus amigos, entre ellos Marietta) se especializó en la restauración piezas originales antiguas y orfebrería religiosa. Aunque hizo trabajos para muchas de las iglesias más importantes de Salta y Bolivia, su gran obra fue la restauración de las 15 del conjunto del Señor del Milagro, la imagen de 1600 que recorre la ciudad de Salta todos los 15 septiembre una procesión única por su alcance y tradición. “La investigación se convirtió en una herramienta muy atrapante de mi taller”, asegura Bertero. Aunque todavía hace piezas criollas (la lista de pedidos es apabullante) su pasión por la investigación lo llevó a dictar clases y editar dos libros sobre el oficio de la orfebrería. Su taller está en la calle Los Parrales 1002, en el barrio de Tres Cerritos.

Catedral de Salta

Puede que la mayoría de las ciudades tengan una iglesia en frente de la Plaza Central pero justamente por eso la Catedral de Salta merece una mención aparte. La construcción de fines del siglo XIX, la decoración suntuosa con pinturas y adornos de oro y las imágenes únicas son parte del encanto pero los protagonistas absolutos son el Señor y la Virgen del Milagro, patronos de Salta. Cuenta la historia que durante un terremoto en 1692 y después de sacarlo en procesión y pedirle que protegiera a la ciudad, el Señor detuvo los temblores que ya habían destruído Esteco. Desde entonces, cada septiembre la Catedral recibe delegaciones de peregrinos de toda la provincia que se acercan a agradecer y participar de la procesión en las calles de la ciudad. El Panteón de las Glorias del Norte -donde están los restos de Güemes- es otro de los rincones de la Catedral que Marietta visita a diario.

Chicoana

Parada obligada de cualquiera que vaya a la Calavera, el pueblo de Chicoana no podía faltar en las 5 de Marietta. Yendo de Salta a Cachi, Chicoana es uno de esos puntos que no entran en los recomendados del turismo pero podrían estarlo. La plaza principal con parroquia de 1800, la hostería, la panadería o el barcito en la Plaza y el ritmo de un lugar nada turístico a una hora de Salta hacen que sea un buen dato. El paisaje verde del pueblo en el valle de Escoipe (ese que da la entrada al recorrido de los valles que va a Cachi, Molinos y Cafayate) lo completa. De pasada o como visita de un día, le sobra encanto: el festival de doma y música del Tamal y la fiesta del Tabaco en julio son dos grandes momentos para ir a visitar.

La Criollita

Es difícil fallar con las empanadas en Salta: la mayoría de los lugares tienen su receta y si es en horno de barro, mejor. Sin embargo, siempre habrá unas mejores y buscando esas más ricas, Marietta nos recomendó una vuelta por La Criollita. El típico restaurant de comidas regionales con retratos de folcloristas y personajes emblemáticos y caricaturas en la pared, ofrece buenos platos de locro, humitas y tamales y empanadas a un par de cuadras de la plaza principal (zubiría al 300). Aunque las de Roque García -un bolichito en la calle Entre Ríos, antes de agarrar la autopista a San Lorenzo- son las favoritas de nuestra anfitriona (nobleza obliga), los que buscan un lugar “simpático” donde sentarse a comer unas buenas empanadas, seguro quieran ir a La Criollita.

Tero Guzman, ponchos salteños

Saliendo de Salta, pasando Chicoana,a 20 kilómetros de Molinos y 30 de Cachi, el pueblito de Seclantás es el punto de origen de los mejores ponchos de Salta. Hace 45 años que don Alfonso “el Tero” Guzmán empezó a vender los ponchos y tejidos que había aprendido a hacer de sus padres y artesanos conocidos. La preparación de la lana de llama, la tintura natural y preparación de la de oveja y el trabajo en el telar fueron algunas de las habilidades que hicieron de los ponchos del Tero los más famosos de Salta. A cuatro años de su muerte, su viuda Vitalia, sus hijos y nietos, siguen con el legado de quien ya regaló dos ponchos a Juan Pablo II y Francisco. Cubrecamas, ruanas, chales, pies de cama, alfombras y fajas son algunos de los hilados que se pueden hacer por encargo o encontrar en su casa taller de Paraje el Coite. En Facebook: Artesanía el Tero Guzman.